José Iván Hernández ha estado cultivando café en las laderas del lago Apanas en Nicaragua durante 15 años. En la actualidad, cuenta con un sistema de tratamiento que le permite producir mejor café y tratar las aguas residuales del proceso de procesamiento húmedo, gracias al apoyo del proyecto Regenerative Blue Harvest. José Iván, junto con casi 3.500 productores de café del municipio de Jinotega, solían verter el agua con miel en el lago. Esto provocó un alto nivel de contaminación que puso en peligro el paisaje local y la seguridad alimentaria de la comunidad.
Apanas es un lago artificial ubicado en el departamento de Jinotega, Nicaragua, un área con un clima templado, fuertes vientos y acceso a recursos hídricos, lo que lo convierte en un lugar ideal para producir casi el 60% de las verduras que se consumen en todo el país. También representa un área de gran importancia ambiental, ya que cuenta con un ecosistema con una gran biodiversidad para varias especies de animales y plantas. El lago está rodeado de reservas naturales de gran importancia, como las reservas naturales del humedal de Apanás, Asturias y Datanlí-Cerro El Diablo.
«Antes, solía desechar un tronco o un palo que colocaba allí, donde instalaba la máquina y colgaba un saco. Luego empecé con un pequeño fermentador de madera que podía contener 2 o 3 sacos, pero siempre con la máquina ahí, con un tronco en el campo. Calculo que este lago tiene una tasa de contaminación del 40 o el 50%, lo que afecta a muchas personas que lavan y usan esta agua porque no tienen agua potable», dice Iván.
El proceso de molienda húmeda del café puede tener un impacto ambiental negativo si no se gestiona adecuadamente. Durante el proceso, se utiliza una gran cantidad de agua para lavar y fermentar los granos de café, lo que genera grandes cantidades de aguas residuales, comúnmente llamadas agua con miel. Si estas aguas residuales no se tratan adecuadamente, pueden contaminar los ríos y arroyos cercanos y afectar a la fauna y flora acuáticas, así como a las comunidades cercanas que dependen del agua para su consumo y uso diario. Además, la eliminación inadecuada de la pulpa del café y otros residuos puede generar malos olores y atraer plagas y vectores de enfermedades.
Jorge Martínez, el Cosecha azul especialista en monitoreo de proyectos, explica que las aguas de las Apanas comienzan a mostrar un deterioro progresivo debido a los múltiples usos a los que están sometidas. «La sedimentación se acumula en el fondo del lago y es arrastrada al lago como resultado de las actividades agrícolas de la zona y la deforestación». explica Jorge. Este problema, además de tener un impacto ambiental negativo, también afecta el proceso de generación de energía hidroeléctrica que abastece el lago al país, lo que representa alrededor del 35% de la producción total de energía del país.
Cosecha azul regenerativa
El proyecto Blue Harvest es una iniciativa implementada por Catholic Relief Services (CRS) en las áreas productoras de café de Nicaragua, Honduras y El Salvador para proteger el agua de las comunidades. Actualmente, en una nueva fase que comenzó en 2022, se está implementando en las zonas cafeteras de Nicaragua y Honduras. El proyecto promueve prácticas de restauración de suelos y capacita a los productores en técnicas de conservación del agua y el suelo. También aprenden sobre las estrategias que les permiten aumentar sus rendimientos, mejorar la competitividad y acceder a los mercados.
José Iván tiene actualmente una planta de procesamiento de café húmedo con un fermentador y una máquina despulpadora de café más grande. «Ahora también he creado un canal para lavar ropa, lo que supone un gran cambio con respecto al anterior, ya que produzco más y con menos esfuerzo». él reconoce.
«Blue Harvest me ha ayudado económicamente a construir un filtro y una pila colectora con el objetivo de no contaminar el agua, y ya hemos visto que su uso da buenos resultados, diría que al 100%. No era lo mismo cuando la desechábamos en el pozo provisional; siempre derramaba lodo. Ahora ya no se percibe ningún mal olor ni se ve agua sucia corriendo hacia el lago, porque ahora se filtra». dice José Iván.
Los agricultores que participan en Blue Harvest promueven métodos que ahorran agua para beneficiar la producción de café y tratan adecuadamente las aguas residuales para evitar la contaminación. Además, el proyecto promueve el tratamiento de la pulpa para devolverla a los cultivos de café a fin de mejorar la calidad del suelo y reducir el uso de fertilizantes sintéticos.
En la cuenca del lago Apanas, ya hay alrededor de 300 pequeños productores de café que trabajan con Blue Harvest, y la evidencia muestra que los sistemas de tratamiento de aguas residuales de las plantas procesadoras de café (STARs, por sus siglas en español) están ayudando a reducir la contaminación en la cuenca del lago. «Por supuesto, la contaminación ha ido disminuyendo, creo que del 40 al 30%, gracias a los sistemas de tratamiento del agua con miel», dice José Iván.
Desde 2014, Blue Harvest ha trabajado con 4.517 productores en El Salvador, Honduras y Nicaragua, apoyándolos con asistencia técnica, mejorando el acceso al agua para 146.302 personas y ahorrando más de 131 millones de litros. El proyecto también ha mejorado 360 instalaciones de procesamiento de café y ha logrado reutilizar más de 7 millones de kg de pulpa de café, logrando la protección y conservación de más de 60 mil hectáreas de tierra. Actualmente, los productores han comercializado 2.155 toneladas métricas de café de alta calidad bajo el enfoque de cosecha azul en mercados internacionales de alto valor.
El objetivo de reducir la contaminación en la cuenca del lago Apanas es un desafío que acaba de empezar, pero a los ojos de los propios productores, ya está dando frutos. Blue Harvest protege y restaura las fuentes de agua al tiempo que garantiza que la agricultura sostenible sea viable y rentable para todos los pequeños productores de café.
Con el esfuerzo de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, el proyecto Blue Harvest Regenerative contribuye a la protección y descontaminación de las reservas naturales de los humedales de Apanás, Asturias y Datanlí-Cerro El Diablo, que representan áreas de importancia socioeconómica para la población de la cuenca. Además, en estas zonas de recarga de agua, hay áreas importantes donde se produce café de alta calidad.
«Recomendaría a mis colegas que primero se esforzaran por organizarse y lograr el objetivo que yo logré, tener un sistema de tratamiento de agua con miel. Sé que esto no se logra de la noche a la mañana, sino con esfuerzo. Recomiendo que lo intenten porque da buenos resultados; puedo dar fe de ello». concluye José Iván.