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Mercados

La próxima EUDR: posponerla es una buena decisión, ahora hagámoslo bien.

Rafael Merchan and Jesse Festa
November 19, 2024
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Perspectiva clave

La EUDR marca un cambio fundamental hacia la sostenibilidad, pero debemos asegurarnos de que los pequeños agricultores, con su potencial como proveedores de soluciones, no queden excluidos debido a los requisitos técnicos. Con el cronograma extendido, tenemos la oportunidad de prepararlos para cumplir con estos estándares y prosperar en un panorama agrícola digitalizado.

El Reglamento de Deforestación de la Unión Europea (EUDR) estaba previsto inicialmente para entrar en vigor en enero de 2025. Desde la semana pasada, después de muchos rumores en la Semana del Clima de Nueva York, que se celebró en septiembre, ahora se ha pospuesto hasta finales de diciembre de 2025. Es una buena decisión.

En resumen, la EUDR es un esfuerzo de 27 países miembros que está dando un paso importante para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación mundial. Esta legislación histórica es un testimonio del compromiso de la UE de reducir la deforestación causada por productos básicos fundamentales (el café y el cacao, entre otros) y es fundamental para cumplir con nuestros ambiciosos compromisos climáticos establecidos en los Acuerdos de París de 2015.

Como organización dedicada a promover la agricultura regenerativa y la agricultura sostenible, es importante que veamos a la EUDR no como un adversario sino como una oportunidad para un cambio positivo. Sin embargo, como nos han dicho los pequeños agricultores y otros actores, existe confusión. Las ambiciones pretendidas de la EUDR están creando consecuencias imprevistas.

Pero seamos claros: la EUDR importa y representa la dirección futura de los gobiernos y las empresas por igual. Esta regulación es la precursora de nuevos cambios en los sectores público y privado destinados a lograr los objetivos mundiales en materia de clima y biodiversidad. El EUDR representa un cambio fundamental en la forma en que se obtienen los productos básicos agrícolas, con el objetivo de frenar la deforestación y proteger los ecosistemas vitales. Estos ecosistemas sustentan la producción agrícola, tanto dentro como fuera de las explotaciones agrícolas, en los hábitats naturales que secuestran carbono, promueven la biodiversidad, recargan el agua y mitigan los riesgos para las comunidades vulnerables, como la nuestra en Mesoamérica.

Sin embargo, hay dos cosas que deben abordarse en los próximos 15 meses antes de que este reglamento entre en vigor. En primer lugar, ¿cómo nos aseguramos de que la EUDR no segmente las cadenas de suministro? Si bien la UE puede recompensar al café libre de deforestación con primas más altas, ¿qué ocurre con el café que no cumple con las normas? ¿Incentivará esto a otros países a comprar café más barato de productores que no cumplan con estas regulaciones, recompensándolos indirectamente por su bajo desempeño ambiental?

En segundo lugar, otro aspecto clave que debe abordarse, y que nos preocupa de manera alarmante en la estrategia de la cosecha azul, es la inclusión de los pequeños agricultores en la EUDR. ¿Cómo nos aseguramos de que no queden excluidos? Sabemos que menos del 1% de toda la financiación climática (financiación destinada a la mitigación y la adaptación) llega a los productores más pequeños, a pesar de que pueden ser los proveedores de soluciones más poderosos y eficaces para la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad. Pero, ¿cómo llegan las regulaciones globales como el EUDR a los pequeños agricultores? Muchas cooperativas no lo saben ni tienen vías claras para acceder a la información y los recursos prometidos por la UE. Históricamente, los pequeños agricultores se han enfrentado a la exclusión de los mercados debido a las estrictas regulaciones y requisitos de certificación. Esta exclusión a menudo limita su acceso a las oportunidades de comercio justo y socava su capacidad de recibir primas por las prácticas regenerativas y los sistemas agroforestales que implementan. Garantizar que el EUDR incluya a los pequeños agricultores es crucial para su bienestar económico y para el éxito general de una transición justa para los productores de café más pobres del mundo.

Desafortunadamente, las exigencias tecnológicas de la EUDR amenazan con dejar atrás a muchos pequeños agricultores. Al exigir datos detallados del sistema de información geográfica (SIG), como puntos GPS o polígonos, la regulación tiene como objetivo verificar que el café esté libre de deforestación. Sin embargo, estos nuevos requisitos plantean enormes desafíos para los pequeños productores que carecen de sistemas para recopilar, almacenar y compartir estos datos. Muchos agricultores tienen un acceso limitado a la tecnología GPS y a las herramientas de cartografía digital y, a menudo, se enfrentan a una conectividad a Internet poco fiable en áreas remotas, lo que hace que la gestión de los datos sea una tarea compleja. Con parcelas fragmentadas que pueden requerir varios puntos de GPS y un conocimiento limitado de la tecnología SIG, los pequeños agricultores se enfrentan a una difícil curva de aprendizaje. Sin tecnología, formación y soporte accesibles, estos requisitos de geolocalización podrían excluir inadvertidamente a quienes carecen de los recursos para cumplirlos, lo que subraya la necesidad de soluciones inclusivas en el marco de la EUDR.

A medida que se acerca la EUDR, debemos centrarnos en ayudar a las cooperativas y a los pequeños productores a cumplir con estas nuevas normas. Ahora tenemos un poco más de tiempo, pero esta preparación temprana nos permitirá ayudar a los agricultores a seguir adoptando prácticas regenerativas, ya que nuestra estrategia de agricultura inteligente en el uso del agua ha demostrado que pueden aumentar los rendimientos, aumentar los ingresos y administrar mejor los recursos naturales.

En Guatemala, a través de uno de los programas de Blue Harvest, la Iniciativa Horizons, hemos comenzado a capacitar a los agricultores en el uso de tecnologías de SIG, no solo para geolocalizar su producción, sino también para mejorar la eficiencia y apoyar las prácticas regenerativas con herramientas digitales. Todos los sábados, nueve representantes de cinco cooperativas de café apoyadas por Horizons se reúnen en la oficina de CRS en San Antonio Huistas, Huehuetenango, para aprender a crear polígonos SIG y administrar datos geoespaciales.

Taller de SIG en San Antonio Huista, Huehuetenango.
César del Valle — de la cooperativa Rancho Viejo expresó que «es fundamental adquirir y manejar herramientas de SIG, ya que estas les permitirán cumplir con las nuevas exigencias de los mercados internacionales y fortalecer su competitividad».

Primer grupo de agricultores que recibieron el taller de SIG

Esta primera cohorte marca el comienzo de nuestros esfuerzos por equipar a los agricultores para que cumplan con la EUDR. A medida que continuamos ampliando estas oportunidades de capacitación, nuestro objetivo es extender el apoyo a más cooperativas de la región, preparándolas para las emocionantes pero desafiantes demandas de esta nueva regulación. Al desarrollar estas habilidades ahora, estamos ayudando a los agricultores no solo a cumplir con los nuevos estándares, sino también a prosperar en un panorama cada vez más digitalizado.

En conclusión, si bien la EUDR plantea nuevos desafíos, también presenta una oportunidad para promover prácticas agrícolas sostenibles e inclusivas. Deberíamos adoptar este reglamento como un paso hacia un futuro más sostenible y dar prioridad a garantizar que todas las partes interesadas, especialmente los pequeños agricultores, reciban apoyo en esta transición.

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